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Hace mucho, muchísimo tiempo ya, conocí a Arturo Fernández en Madrid, concretamente en Casa Mingo, lugar entonces de la colonia asturiana en la capital. Era amigo de mis hermanos y luchaba el hombre, como todos en aquella época, para abrirse camino donde y como fuera.
A pesar de la dureza de aquellos tiempos, nunca, en el poco tiempo que coincidí con él, le vi una mala acción, un mal comentario o un desanimo.
Le trate posteriormente, ya encumbrado o al menos famoso. Le hable de aquellos días y de quien era hermano, de sus amigos, y fue instantanea su acogida, sincera y amable por otra parte.
Siempre que iba a Madrid le visitaba en su teatro, en la función y después siempre le saludaba y tomabamos, apresuradamente, una cerveza.
Con el tiempo, mis visitas a Madrid, fueron cada vez más esporadicas y solo, una vez en Gijón coincidimos. Un abrazo sincero y un recuerdo a Casa Mingo.
Adios amigo. Seguramente estarán con tus viejos amigos de Mingo. Saluda a mis hermanos.
Sinceramente. Hoy no hablaré de politica ni de politicos. No están a tu altura.
UN abrazo campeón.
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