Que nuestra bandera, la de España, esta que ha sido humillada, vilipendiada e incluso quemada en algunas autonomías y por algunos canallas, bien se merecía que 187 civiles le manifestasen su respeto y admiración.
Independientemente del acto mandado por el coronel del Regimiento Príncipe situado en El Cabo Noval, con el consabido garbo militar y que , hay que decirlo, aplaudido por todo los presentes, entre ellos, la alcaldesa de la Villa avilesina, la visita a Avilés me ha parecido decepcionante.
Vi y leí en la mayoría de los bares y establecimientos el siguiente rotulo "yo también defiendo el Niemeyer". Desde luego que yo también defiendo al Niemeyer, pero no a la alcaldesa, a grueso, a Areces y demás petulancia que tienen acceso al dinero fácil de los impuestos de TODOS los asturianos.
Que el gerente, el presidente o el "susum corda" que tiene que justificar los ingresos y gastos, no sea capaz de hacerlo es sinónimo de "coge el dinero y corre".
¿Por qué no hay letreritos con el siguiente rotulo? "yo también defiendo las cuentas claras". No eso no vende, eso no lo quiere
la alcaldesa, el director o quien sea el responsable. Es fácil, como decía antes Pepillo gasolineras, "si tiene recibo de los trajes que los presente" en referencia a Camps, un servidor no tiene recibo de ningún traje y ahora al gasolinero no se le encuentran las facturas de su "chalet", pero eso es otra historia. En el Niemeyer no aparecen las cuentas y a nadie, salvo a los gobernantes de las FAC parece importarles. El PP se autoelimina, también "apoya" al Niemeyer, no sé si a Arestegui le cuadraran las cuentas, pero a los asturianos, en general no, no nos salen y queremos saberlas.
Han traído hasta la Sinde, esa ministra que reparte dinero a los artistas de la ceja y, dicen las malas lenguas, que a su antigua empresa, empresa a la que volverá cuando acabe esta tropa de gobernar España.
Pues si, el magnifico rato con las fuerzas armadas, la demostración civil de cariño por la bandera y por unas fuerzas que acababan de llegar de Agfanistan prestigiando por ello a España y los españoles se vio empañada por los políticos estrechos de miras y por los cartelitos defendiendo el Niemeyer, como si el Nieemeyer necesitase defenderse, bueno, perdón, claro que necesita defenderse de la pandilla de atracadores que merodean alrededor de él.